Commissioner Ramos-Horta in Metro (Nicaragua): “en algunos países está muy politizado el tema de las drogas”

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Hablamos con el expresidente de Timor Oriental, Premio Nobel de la Paz 1996, e integrante de la Comisión Global en Política de Drogas, que presentó su reporte 2019 este martes en Lisboa, Portugal.

¿Qué encontraron al realizar el reporte?

–Uno de los principales desafíos que enfrenta la comunidad internacional al encarar el problema (que es literalmente un problema global) de las drogas es que no tenemos una política comprensiva y unificada sobre cómo abordarlo, con medidas preventivas. A menudo, en algunos países está muy politizado [el tema] por ciertos regímenes autocráticos, todos por elementos extremistas en los partidos políticos, para manipular y generar apoyo político.

Usted escucha este tipo de discursos a menudo, en los Estados Unidos, en las Filipinas, en Brasil o donde sea. El sistema actual para identificar qué tan dañinas son las drogas e identificar los beneficios médicos se basa en un autodenominado organismo independiente, llamado Comité de Expertos en la Dependencia de Drogas. Pues bien, este comité no podemos decir que sea independiente. Yo no lo calificaría así porque los miembros de este comité en realidad son elegidos por sus gobiernos, aunque teóricamente se supone que son independientes, pero obviamente no lo son.

Este comité revisa solo la literatura existente y publicada sobre el uso de drogas. Debido a la prohibición de las drogas, el acceso a la investigación científica es muy limitado. Como se sabe, hasta hace muy poco se obtuvo la autorización para la investigación científica de la cannabis.

La literatura científica existente es muy limitada, muy pequeña y, a veces, contradictoria. Lo que sucede en la actualidad es que los principales países y sociedades han dejado atrás el sistema internacional, se mueven por su cuenta y han cambiado sus política [sobre drogas]. La investigación sobre los impactos negativos de la prohibición ha sido ampliamente compartida durante la última década, incluso por la ONU, pero los países aún aprueban las mismas políticas de pureza que crearon el mismo problema y han causado el mismo daño.

¿Qué características deben tener las nuevas políticas de drogas?

–Vemos países centrados en el cannabis. Sabemos que representa la gran mayoría del consumo de drogas. Y los países que la han legalizado no han tenido una crisis de salud. De hecho, han tenido un enfoque muy liberal en cuanto al consumo. Pero los países que tienen restricciones desproporcionadas han tenido como resultado una gran crisis social para las regiones más pobres.

Hemos visto que muchos países de todo el mundo, cuando adoptan un enfoque de seguridad muy estrecho mediante la aplicación severa de la ley contra el uso de la cannabis, solo han causado un daño terrible a la gente; especialmente en los vecindarios y en los barrios pobres. Vemos países, incluso en los Estados Unidos, que han intentado legalizar el uso de cannabis y cada vez más, también exponen el fracaso del pasado del enfoque de seguridad y las leyes y métodos draconianos de represión contra las personas, quienes son víctimas en la realidad.

En esta situación, millones de seres humanos son víctimas del abuso de las sustancias y de la no regulación de una droga, como la cannabis, la cual podría tener usos médicos si se permite la investigación.

¿Se necesita hacer más investigación para legalizar las drogas; por ejemplo, la cannabis?

–En este caso, la investigación científica ya está hecha; por ello Gobiernos e instituciones tienen la oportunidad de analizar sus aspectos positivos. Algunos estados de los Estados Unidos ya están permitiendo que esté disponible el cannabis comercial, de forma regulada.

¿Qué regiones del mundo son más avanzadas en cuanto a la legalización?

–Los países o sociedades donde tienes instituciones sólidas, legales, políticas y democráticas. Ahí, probablemente, es mucho más fácil que avancen la legalización, por ejemplo: Estados Unidos, Europa, Japón, Nueva Zelanda.

El mayor problema está en los países medianos y pobres. Enfrentan muchas políticas, corrupción e instituciones débiles, todo esto se mezcla. La clave para cualquier modelo de legalización debe ser controlar el desvío del mercado ilegal al legal.

¿Quién se beneficia de la guerra contra las drogas?

–Veamos los efectos. Por ejemplo, los Estados Unidos han patrocinado y han participado de manera directa campañas militares aéreas y usan productos químicos para tratar de quemar los campos de opio en Afganistán, Colombia, etc. Hemos visto este enfoque de seguridad durante muchos años. Y varias décadas después, hemos visto que la producción de opio ha aumentado en todo el mundo. Entonces, la pregunta es: ¿Para qué diablos ha servido la guerra contra las drogas? ¿Quién se beneficia y en qué?

La respuesta es: en realidad muchas personas se benefician de la guerra contra las drogas. En primera instancia, el crimen organizado y sus dirigentes. Ellos son los que más se benefician. La prohibición tiene un enfoque ciego que ha devastado territorios y comunidades enteras. Estos enfoques de seguridad hicieron que la población local se vuelva muy vulnerable. ¿Te imaginas a la población local de Afganistán, Colombia o Bolivia dejando su territorio después de siglos? No, no puedes simplemente ir y bombardear estos lugares.

Las organizaciones criminales trabajan con estas personas. ¿Qué ocurre? Cuando bombardeas estas comunidades y destruyes su territorio y su historia, las organizaciones criminales entran en escena y proporcionan a las víctimas servicios y un bienestar que les fue negado durante siglos. Las personas vulnerables entran al mercado negro, y los criminales las usan a su voluntad.

El segundo ganador más grande es la industria farmacéutica, ya que tienen fácil acceso a las materias primas. Por la prohibición, han eliminado la medicina tradicional y la reemplazan con pastillas que imitan los efectos de esas plantas. Estas compañías usan los mismos productos que las campañas desean eliminar, pero los legitiman, a través de la conversión científica en pastillas.

La tercera y última parte que se beneficia de la prohibición son los políticos. Sabemos lo fácil que es para un político prometer en campaña eliminar las drogas y arrestar a todos los distribuidores.