Interview with Ruth Dreifuss in Processo: “Amnistía, para delincuentes menores ligados al narco, para grandes capos no”

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GINEBRA (apro).- En México, la guerra contra las drogas ha dejado al menos 150 mil muertos y más de 32 mil desaparecidos y miles de detenidos, muchos de ellos por delitos menores relacionados al consumo y cultivo de drogas.

En ese sentido, la presidenta de la Comisión Global de Política de Drogas (Global CDP en inglés) y expresidenta de Suiza Ruth Dreifuss, se mostró a favor de las políticas que propone el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, de establecer un mecanismo de justicia transicional para delincuentes menores relacionados al narcotráfico y en su momento ofrecerles amnistía, pero consideró que “de ninguna manera se debe perdonar a los grandes capos de la droga”.

Al ser cuestionada al respecto por Apro, dijo:

“Pensamos que es necesaria la justicia transicional para ayudar a un país con altos niveles de violencia a que haga un paso significativo hacia una sociedad más pacífica, pero no se trata de olvidar lo que pasó, sino encontrar alternativas de justicia.

Consideró que, si esa es la intención de AMLO, sería bienvenida.

“Pero olvidarse de todo como si nada hubiera pasado, eso no”, enfatizó Dreifuss.

A su modo de ver “habría que dar amnistía a los actores pequeños no violentos, (como las mulas) y también un tipo de castigo alternativo para los que fueron orillados por la miseria o por la falta de perspectivas económicas y que se convirtieron en trabajadores u obreros en los plantíos de drogas”, defendió.

“Pero a los jefes de los carteles internacionales, no, esa no es la solución”, reiteró Dreifuss primera mujer en ocupar la presidencia en Suiza y Consejera Federal desde 1993 a 2002.

Dreyfuss, quien ha criticado la militarización de la guerra contra el narco, explicó que se debe encontrar en México una forma de hacer justicia para el futuro, una justicia que permita el conocimiento de lo que pasó, el conocimiento real de lo que desató esta violencia y establecer las medidas que sean convenientes y necesarias para evitar que continúen las graves violaciones de derechos humanos.

“Eso sería una buena política”, valoró la expresidenta de la Confederación quien después de constatar el fracaso de la política de la prohibición fue una de las precursoras para que en Suiza se trate al adicto como un enfermo y no como un delincuente.

Incluso, gracias a su iniciativa, personas con adicción a drogas como la heroína pueden recibir atención médica, agujas esterilizadas para aplicarse sus dosis y tratamiento contra la adicción, todo en un marco legal.

A juicio de la expresidenta helvética, los principales puntos en la política sobre las drogas deben ser el fin de la militarización de la guerra contra las drogas, una proporcionalidad del castigo, descriminalizar el consumo, además de castigos bajos con posibilidad de reintegración para la gente que trabaja en la parte no violenta de este sistema.

Remarcó que las personas que usan drogas han sido rechazadas por la sociedad y percibidas como asociales, depravadas o desviadas. Los prejuicios y los temores que rodean a las sustancias se expresan en un lenguaje estigmatizador, la estigmatización conduce a la discriminación social y las leyes represivas, y la prohibición da validez a los temores y los prejuicios.

“Por lo tanto, este círculo vicioso debe romperse”, defendió Dreyfuss.

“Nos oponemos a los prejuicios, con hechos. Alentamos un cambio en las actitudes, el lenguaje y la forma en que se trata a las personas que usan drogas. Es urgente romper el círculo vicioso que ha causado tantos daños a las personas y la sociedad”, remarcó la expresidenta de Suiza.

“Fracaso espectacular”, la política de ONU

La estrategia global y la política que Naciones Unidas ha llevado a cabo para erradicar el mercado ilegal de drogas en la última década a nivel mundial ha sido un “fracaso espectacular’’ con un aumento del 145% de las muertes relacionadas con las drogas en la última década que culminaron con unas 450 mil muertes en 2015.

Un informe publicado por el Consorcio Internacional de Políticas de Drogas (IDPC en inglés) titulado : “Haciendo balance: Una década de políticas de drogas” evaluó el plan de los últimos 10 años de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, y aseguró que las políticas implementadas “continúan generando un impacto catastrófico en la salud, los derechos humanos, la seguridad y desarrollo, en tanto que ni siquiera remotamente ha reducido el suministro global de drogas ilegales ”.

Al analizar datos de las Naciones Unidas, el gobierno, las fuentes académicas y de la sociedad civil, el informe dice que “ilustra la carnicería que la guerra contra las drogas ha desatado en la última década”.

Con respecto al derecho a la vida el informe sostiene que, en los últimos 10 años, al menos tres mil 940 personas han sido ejecutadas por un delito de drogas y 33 jurisdicciones de todo el mundo mantienen la pena de muerte por delitos relacionados con las drogas. Desde 2009, varios países —como India, Irán, Malasia, Palestina y Tailandia— han tomado medidas para que se reduzca o se elimine la imposición de la pena capital a los delitos de drogas, mientras que otros —como Bangladesh, Filipinas y Sri Lanka—están planteando volver a instaurar esta práctica y están tramitando proyectos de ley con tal fin.

Además, la escalada reciente de políticas punitivas de drogas en Asia Meridional y Sudoriental se ha traducido en la ejecución extrajudicial de más de 27 mil personas bajo la presidencia de Rodrigo Duterte en Filipinas desde junio de 2016.

Cultivo y consumo en aumento

En cuanto al consumo de drogas, la ONU tampoco ha logrado abatir este flagelo. Se calcula que unos 275 millones de personas en todo el mundo de edades comprendidas entre los 15 y los 64 años consumió drogas en al menos una ocasión en 2016, una cifra que representa un aumento del 31% con respecto a 2011.

El cannabis sigue siendo la droga que más se consume, seguido de los opioides y, a continuación, las anfetaminas, cuyo uso ha aumentado un 136 % desde 2011.

La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) calcula que la prevalencia mundial del VIH entre las personas que se inyectan drogas se ha mantenido estable, en un 11.8 %, del mismo modo que la prevalencia de la hepatitis C, en un 51.9 %, y la tuberculosis, en un 8 %. Por otro lado, el número de muertes relacionadas con las drogas se ha disparado un 145 %, de 183 mil 500 muertes notificadas en 2011 a 450 mil en 2015.

Según datos de la UNODC, entre 2009 y 2018 no se redujo la escala global de cultivo de opio, coca y cannabis. De hecho, durante este período, el cultivo aumentó un 130 % en el caso de la adormidera y un 34 % en el del arbusto de coca. En lo que respecta al cannabis, si bien no se dispone de estimaciones globales recientes, la UNODC señala que, entre 2010 y 2016, se notificó el cultivo de la planta en 145 países, sin que se insinúen indicios de reducción.

Los datos de los que dispone la ONU muestran que la producción y el uso de metanfetaminas se mantienen en todo el mundo, con mercados en crecimiento en África Septentrional y Occidental, Norteamérica, Asia Oriental y Sudoriental, y Oceanía. En paralelo, entre 2009 y 2017, aparecieron en el mercado mundial de drogas más de 800 nuevas sustancias psicoactivas, mientras que la UNODC apunta que el uso ilícito de fármacos de venta con receta ha alcanzado niveles sin precedentes en varias regiones, en especial en Norteamérica.

Durante los últimos cinco años, la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) ha notificado un incremento del uso y el número de precursores en la producción ilícita de drogas. Además, aunque las incautaciones de precursores como el permanganato de potasio (utilizado en la fabricación de cocaína) aumentaron de 92 mil 702 kilos en 2012 a 585 mil 72 kilos en 2016, la producción mundial de cocaína se ha incrementado un 44 % desde 2009.

El principal fármaco utilizado fue el cannabis, seguido de los opioides y las anfetaminas, cuyo consumo había aumentado un 136% en el mismo período.

“Este informe es otro clavo en el ataúd para la guerra contra las drogas”, dijo Ann Fordham, directora ejecutiva del IDPC.

“El hecho de que los gobiernos y las Naciones Unidas no consideren adecuado evaluar adecuadamente el impacto desastroso de los últimos diez años de la política de drogas, es muy sorprendente’’, agregó.

“Los gobiernos se reunirán el próximo mes de marzo en la ONU y probablemente acordarán más de lo mismo para la próxima década en la política de drogas. Esto sería un grave incumplimiento del deber, y una receta para más sangre derramada en nombre del control de drogas “, sostiene.

El informe señala que las políticas de drogas punitivas que se centran en erradicar el mercado de drogas ilegales se han asociado con violaciones de derechos humanos y amenazas a la salud pública y al orden.

Subraya que el encarcelamiento masivo, alimentado por la criminalización de quienes consumen drogas, ha dejado a uno de cada cinco presos por delitos relacionados con drogas, la mayoría por posesión para uso personal.

El Informe demuestra que “el objetivo de lograr un mundo sin drogas es poco realista e inalcanzable. La búsqueda de los objetivos del mundo sin drogas ha dado lugar a políticas y prácticas de aplicación de la ley punitivas, que han menoscabado la salud, los derechos humanos, el desarrollo y la seguridad. Más allá de 2019, urge replantear los objetivos generales de la política global de drogas, así como los indicadores y los sistemas de medición utilizados para evaluar los avances”, valora el informe.