Rompiendo con el pasado –una política antidrogas para el siglo 21 que funciona

Fernando Henrique Cardoso y Kofi Annan

Cada año, centenas de millares de personas mueren en todo el mundo por consecuencia de enfermedades y violencia relacionadas con la droga y que son prevenibles. Millones de usuarios son detenidos y encarcelados. Comunidades a lo largo de todo el mundo viven la pesadilla de la criminalidad asociada a la droga. Los ciudadanos ven como montos altísimos de los impuestos que pagan se gastan en rígidas políticas que no dan resultado.

Pero, a pesar de esta evidente prueba de fracaso, en todo el mundo continúa habiendo una reticencia dañina a la posibilidad de un enfoque diferente del tema. La Comisión Global de Políticas de Drogas está decidida a ayudar a romper este tabú centenario. Continuando el trabajo de la Comisión Latinoamericana sobre Drogas y Democracia, nuestro primer informe –Guerra a las Drogas– demostró cómo han fallado los enfoques represivos de contención de drogas.

Convocamos a los gobiernos a adoptar medidas más humanas y eficaces de control y regulación de drogas. Recomendamos que la penalización del consumo dé lugar a un enfoque de salud pública. También exhortamos a los países a experimentar, con cautela, modelos de regulación legal como forma de socavar el poder del crimen organizado, que prospera con el tráfico ilícito de estupefacientes.

Por fin, hay algunas señales de cambio. Estadistas de Colombia, Guatemala, México y Uruguay lideran el inicio de reformas en las políticas antidrogas en sus respectivos países. Estos esfuerzos han tenido gran repercusión en entre los vecinos. En 2013, la Organización de los Estados Americanos (OEA) publicó un informe referencial sobre políticas de drogas, proponiendo diferentes escenarios, inclusive formas alternativas de regulación de drogas.

Los hallazgos de la Comisión Global repercutieron también en Europa. Muchos estados europeos sirven como modelo a políticas de drogas centradas en la salud. En varios países se apoya la prevención basándose en evidencias, la reducción de daños y los tratamientos –en un marcado contraste con los enfoques únicamente represores adoptados en otras partes del mundo.

Y ahora la reforma de la política de drogas se ha vuelto viral. Otras regiones están sumándose al debate sobre maneras nuevas y progresistas de lidiar con las drogas. Por ejemplo, en Nueva Zelanda, se están preparando propuestas para regular las drogas sintéticas. En África Occidental, donde el narcotráfico y el crimen organizado amenazan la democracia y la gobernabilidad, líderes valientes han implementado la Comisión de África Occidental sobre el narcotráfico y sus consecuencias.

Incluso Estados Unidos, uno de los de los países prohibicionistas más reacios, está sancionando nuevos enfoques sobre la política de drogas. Por primera vez, la mayoría de los estadounidenses apoya la regulación de cannabis para uso adulto. Y en los estados de Colorado y Washington, se aprobaron nuevas leyes que lo vuelven una realidad. Hay señales de que estas experiencias podrían multiplicarse aún más.

Todos los países tendrán la oportunidad de repensar el régimen internacional de control de drogas dentro de pocos años. Habrá una sesión especial de la Asamblea General de las Naciones Unidas en el 2016, que será una gran oportunidad para un debate honesto y bien informado sobre las políticas de drogas. Se espera que de este debate deriven políticas orientadas por las evidencias de lo que realmente funciona en la práctica, en vez de lo que la ideología dicta en la teoría.

No debemos desperdiciar esta oportunidad. En Viena, donde la comunidad internacional se reúne regularmente para examinar los avances en el control de drogas, instamos a un liderazgo informado para asegurar que el mundo mire hacia adelante, no solo al pasado. No podemos continuar encerrados en el viejo mantra de que la guerra contra las drogas se puede vencer con más esfuerzo y más gastos.

Los hechos hablan por sí mismos. Es tiempo de cambiar el rumbo. Los gobiernos deben llegar al proceso de revisión en la ONU con la mente abierta y un espíritu de corresponsabilidad. Alentamos a los gobiernos a adoptar una postura fuerte y pragmática respaldada por datos sólidos y valores progresistas.

En un tema complejo como políticas de drogas, por supuesto, no hay una única respuesta sencilla ni una solución aplicable a todo. Los países deben tener espacio para discutir, definir y desarrollar políticas que se ajusten más a sus propias realidades y necesidades.

Pero el hecho es que hoy sabemos qué funciona y qué no. Es tiempo de un abordaje más inteligente de las políticas de drogas. Poner en primer lugar la salud y la seguridad de las personas es imperioso, no un mero detalle.

Fernando Henrique Cardoso  y Kofi Annan

Fernando Henrique Cardoso y Kofi Annan

– Kofi Annan, ex Secretario General de las Naciones Unidas, Ghana
– Fernando Henrique Cardoso, ex presidente de Brasil
miembros de la Comisión Global de Políticas de Drogas